Drogas de Abuso

Las drogas de abuso son aquellas sustancias de uso no médico con efectos psicoactivos (capaz de producir cambios en la percepción, el estado de ánimo, la conciencia y el comportamiento) y susceptibles de ser autoadministradas. Se pueden ingerir, inhalar, fumar o inyectar en el organismo. La cantidad de sustancia absorbida y su efecto dependerá del tipo de droga, su pureza, cantidad, el tiempo y la vía de administración, así como de la capacidad individual para metabolizarla y excretarla del organismo.

 

 

Cocaína

La cocaína, benzoilmetilecgonina según la denominación común internacional5]​ (benzoil-metil-ecgonina), también conocida simplemente como coca, es un  alcaloide tropano y fuerte estimulante utilizado sobre todo como droga recreativa.

se obtiene de las hojas de la planta Erythroxylon coca. Químicamente, es un inhibidor de la recaptación de neurotransmisores como la dopamina, norepinefrina y serotonina en el cerebro, lo que provoca una estimulación del sistema nervioso central.

Mecanismo de Acción

La cocaína es un agonista dopaminérgico indirecto. Se une con gran afinidad al transportador de la dopamina bloqueándolo y, en consecuencia, produce un gran aumento en la concentración de dopamina en la hendidura sináptica, próxima a los receptores dopaminérgicos.

Es esta estimulación dopaminérgica la responsable de la mayoría de los efectos reforzadores de la cocaína y de los efectos sobre la activación motora. La cocaína también bloquea la recaptación de otras monoaminas como la serotonina y la noradrenalina, pero parece ser que este hecho no interviene en las propiedades reforzadoras de la cocaína. Por tanto, el sistema dopaminérgico es el principal sustrato neuronal de los efectos reforzadores de la conducta adictiva inducida por cocaína, y no sólo por cocaína, sino también por la mayoría de las drogas de abuso. 

Riesgos para la salud

Los riesgos para la salud del consumo de cocaína incluyen:

Cardiovasculares: Aumento de la presión arterial, frecuencia cardíaca, riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares.

Neurológicos: Dependencia, daño cerebral, trastornos cognitivos, psicosis y convulsiones.

Respiratorios: Daño pulmonar (especialmente al fumar crack) y riesgo de paro respiratorio.

Psicológicos: Ansiedad, paranoia, depresión y alteraciones en el estado de ánimo.

Gastrointestinales: Isquemia intestinal y daño al sistema digestivo.

Renales: Daño a los riñones y riesgo de insuficiencia renal.

Sobredosis: Riesgo de muerte súbita debido a la sobredosis.

El consumo de cocaína tiene efectos graves y potencialmente mortales a corto y largo plazo.

Consumo

1. Inhalación (por vía nasal)

Forma: La cocaína en polvo es la forma más común que se consume por inhalación. Se esnifa (se introduce por la nariz) usando un billete enrollado, una pajilla o simplemente el dedo.

2. Fumar (crack)

Forma: El "crack" es una forma cristalina de la cocaína que se fuma. Este producto es el resultado de un proceso químico que convierte la cocaína en una forma más pura, que se presenta en pequeñas piedras o cristales.

3. Inyección intravenosa

Forma: La cocaína también se puede disolver en agua y se inyecta directamente en el torrente sanguíneo mediante una aguja. Esto permite que la droga llegue al cerebro de manera casi instantánea.

 

4. Ingestión oral (tragar cocaína)

Forma: La cocaína en polvo también puede ser ingerida de forma oral. Esto se hace generalmente en forma de cápsulas o disuelta en bebidas. Aunque esta es una forma menos común de consumo, algunas personas la prefieren.

5. Uso combinado con otras sustancias

Forma: En algunos casos, la cocaína se mezcla con otras sustancias, como el alcohol, lo que puede aumentar los efectos negativos de la droga. La combinación de cocaína y alcohol produce una sustancia llamada cocaetileno, que intensifica tanto la euforia como los riesgos cardiovasculares.

 

Cannabis

El cánnabis o cannabis​ (conocido también según la forma de presentación como marihuana, hachís, entre otros) ​ es una droga  psicoactiva depresora del sistema nervioso obtenida de la planta Cannabis Sativa . ​ Contiene dentro de sus compuestos la molécula de THC o tetrahidrocannabinol el cual es el compuesto psicoactivo o psicotrópico principal de la planta del cáñamo (Cannabis sativa), presente en sus variedades o cepas, que son más de 2500, surgidas del cruce entre las subespecies C. s. Sativa , C. s indica y C.s ruderalis seleccionadas para utilizarlas con fines recreativos y medicinales.

El tetrahidrocannabinol (THC), también conocido como delta-9-tetrahidrocannabinol (Δ9-THC) y con la denominación común internacional (DCI) "dronabinol", es el principal constituyente psicoactivo del cannabis. La denominación común internacional (DCI) del delta-9-tetrahidrocannabinol es dronabinol (bien sea de origen natural o sintético). 

Mecanismo de Acción

Las acciones farmacológicas del THC resultan de su actividad parcialmente agonista en el receptor cannabinoide CB1 ubicado principalmente en el sistema nervioso Central , y el receptor CB2, expresado principalmente en las células del sistema inmune.​ Los efectos psicoactivos del THC son mediados y principalmente por su activación de los receptores acoplados a proteínas G CB1  lo que genera una disminución en las concentraciones de la molécula de segundo mensajero cAMP a través de la inhibición de la adenilil ciclasa.

Riesgos para la salud

Efectos en el cerebro: Alteraciones en la memoria, concentración, ansiedad, paranoia y posible psicosis.

Dependencia: Riesgo de desarrollar dependencia psicológica.

Problemas respiratorios: Daño pulmonar, tos crónica y mayor riesgo de infecciones respiratorias.

Problemas cardíacos: Aumento de la frecuencia cardíaca y riesgo para personas con problemas cardíacos.

Riesgos mentales: Aumento de la probabilidad de depresión y problemas de motivación a largo plazo.

Efectos en el embarazo: Riesgo de afectar el desarrollo cerebral del feto.

Efectos agudos: Sobredosis rara, pero puede causar paranoia y mareos.

En adolescentes: Afecta el desarrollo cerebral, generando problemas de memoria y toma de decisiones.

Consumo 

1. Fumar

Forma: La forma más tradicional de consumir marihuana es fumándola. Esto puede hacerse a través de un porro (cigarrillo de marihuana), pipa o bong (una especie de pipa grande que usa agua para filtrar el humo).

2. Vaporizar

Forma: El vaporizar marihuana es similar a fumar, pero en lugar de quemarla, se calienta hasta que los compuestos activos (principalmente THC y CBD) se evaporan y se inhalan. Esto se hace con un dispositivo conocido como vaporizador.

3. Ingestión oral (comestibles)

Forma: La marihuana se puede consumir en forma de comestibles, como galletas, brownies, gomitas o incluso infusiones. En estos productos, el THC (tetrahidrocannabinol, el principal componente psicoactivo de la marihuana) se infunde en grasas o aceites para que sea absorbido por el cuerpo al ingerirlo.

4. Tinturas y aceites

Forma: Las tinturas son extractos líquidos de marihuana que se administran bajo la lengua (sublinguales) o en bebidas. Los aceites de cannabis también pueden ingerirse o aplicarse de manera tópica.

5. Inhalación de concentrados (dabs)

Forma: Los concentrados de marihuana, como el honey oil, shatter o wax, son formas de marihuana altamente concentradas que se pueden inhalar con un dispositivo especial llamado dab rig. Estos concentrados contienen niveles mucho más altos de THC que las flores de marihuana tradicionales.

 

Benzodiazepinas

Las benzodiazepinas son medicamentos psicotrópicos (actúan sobre el sistema nervioso central) con efectos sedantes, hipnóticos, ansiolíticos, antiepilépticos, amnésicos y miorrelajantes. Se usan en medicina para tratar el trastorno de ansiedad, el insomnio  y otros trastornos del animo , así como las epilepsias, los síndromes de abstinencia alcohólica y los espasmos musculares. Aunque son efectivas, su uso prolongado o en dosis altas puede causar dependencia, por lo que deben ser usadas bajo supervisión médica, los individuos que abusan de drogas estimulantes con frecuencia se administran benzodiacepinas para «calmar» su estado anímico.

 

Mecanismo de Acción

Unión al receptor GABA-A: Las benzodiazepinas se unen a un sitio específico en el receptor GABA-A (un canal iónico en la membrana neuronal), distinto al sitio donde el GABA se une. Este receptor tiene varias subunidades y es un complejo receptor-canálico en el que GABA regula la apertura de un canal iónico para que entren iones de cloro (Cl⁻) en la neurona.

Potenciación del efecto del GABA: Cuando las benzodiazepinas se unen al receptor GABA-A, aumentan la afinidad del receptor por el GABA, lo que facilita la apertura del canal iónico de cloro. En otras palabras, potencian la acción del GABA.

Hiperpolarización neuronal: La entrada de iones de cloro en la neurona hace que se vuelva más negativa (hiperpolarización), lo que dificulta que la neurona se active. Esto reduce la actividad neuronal, provocando efectos sedantes, ansiolíticos, anticonvulsivos y relajantes musculares.

Efecto generalizado: Como resultado, las benzodiazepinas modulan la actividad de circuitos cerebrales involucrados en la regulación del estrés, la ansiedad, el sueño, la memoria y la función motora, proporcionando sus efectos terapéuticos.

Riesgos para la salud

Dependencia y adicción: El uso prolongado puede generar dependencia, con síntomas de abstinencia graves si se interrumpe de forma abrupta.

Sobredosis: El abuso, especialmente combinado con alcohol u opiáceos, aumenta el riesgo de sobredosis, lo que puede llevar a coma o muerte.

Efectos sobre la memoria y cognición: El uso crónico puede causar problemas de memoria y disminución de las capacidades cognitivas.

Efectos físicos: Puede provocar somnolencia excesiva, mareos y falta de coordinación, lo que aumenta el riesgo de accidentes.

Interacciones peligrosas: El uso combinado con otras drogas depresoras del sistema nervioso central puede ser letal.

Riesgos durante el embarazo: Su uso puede afectar al feto, causando malformaciones y sedación.

Síndrome de abstinencia: Dejar de usarlas bruscamente puede generar ansiedad, convulsiones y otros síntomas graves.

Tolerancia y abuso: El uso repetido puede generar tolerancia, llevando a un abuso y consumo excesivo.

Consumo

Ingesta oral: El consumo más común de las benzodiazepinas es en forma de pastillas o cápsulas, tomándolas por vía oral, generalmente en dosis más altas que las prescritas.

Inhalación: Algunas personas tratan de obtener efectos más rápidos o intensos triturando las pastillas y aspirando el polvo o inhalando los vapores de la sustancia, lo que aumenta el riesgo de daños pulmonares.

Inyección intravenosa: En casos más extremos, algunas personas disuelven las benzodiazepinas en líquido y las inyectan. Este método es altamente peligroso y aumenta el riesgo de sobredosis grave y de transmisión de enfermedades infecciosas (si se usan agujas compartidas).

Uso recreativo: Algunos individuos buscan los efectos sedantes o eufóricos de las benzodiazepinas, usándolas de manera recreativa o en combinación con otras sustancias, como el alcohol o los opiáceos, para experimentar un "subidón" más fuerte.

Metadona

La metadona es un opioide sintético de acción prolongada que actúa como agonista completo de los receptores opioides μ en el sistema nervioso central. Fue desarrollada inicialmente en la década de 1940 para el tratamiento del dolor crónico y, posteriormente, se popularizó como tratamiento en programas de mantenimiento para la dependencia a opiáceos. Es un medicamento utilizado principalmente para el tratamiento de la dependencia a opiáceos (como la heroína o la morfina) y para el manejo del dolor crónico. Es un agonista opioide que actúa sobre los mismos receptores que otros opiáceos, pero de manera más lenta y controlada.

 

 

Mecanismo de Acción

La metadona es un agonista completo de los receptores opioides μ en el sistema nervioso central, lo que produce analgesia y alivia los síntomas de abstinencia en individuos dependientes de opiáceos. Su farmacocinética se caracteriza por una absorción lenta y una vida media prolongada (15-60 horas), lo que proporciona efectos sostenidos sin generar los efectos eufóricos intensos típicos de otros opioides, reduciendo así el potencial de abuso. Además, la metadona actúa como un antagonista parcial de los receptores NMDA, lo que ayuda en la modulación del dolor y en la prevención de la tolerancia a otros opioides. Se metaboliza en el hígado por las enzimas CYP3A4 y CYP2B6, y puede inducir efectos adversos como sedación, depresión respiratoria y prolongación del intervalo QT, lo que aumenta el riesgo de arritmias cardíacas.

Riesgos para la salud

Depresión respiratoria: Puede causar dificultad para respirar, especialmente en dosis altas o con otras sustancias depresoras.

Sobredosis: Existe riesgo de sobredosis, que puede ser fatal, especialmente si se combina con otras drogas.

Prolongación del intervalo QT: Puede inducir arritmias cardíacas graves.

Dependencia: El uso prolongado puede causar dependencia física y psicológica.

Efectos gastrointestinales: Náuseas, vómitos y estreñimiento son comunes.

Interacciones farmacológicas: Puede interactuar con otros medicamentos, aumentando el riesgo de efectos adversos graves.

Efectos psicológicos: En algunos casos, puede causar ansiedad, depresión o psicosis.

Consumo

Automedicación: Personas con dependencia a opioides pueden usar metadona ilegalmente para evitar síntomas de abstinencia sin contar con un tratamiento adecuado.

Uso recreativo: Algunos la consumen con el fin de experimentar efectos sedantes o eufóricos.

Tratamiento no supervisado: Aquellos que no tienen acceso a programas médicos pueden recurrir al consumo ilegal como una forma de tratar su adicción.

Éxtasis (MDMA) 

El éxtasis, también conocido científicamente como 3,4-metilendioximetanfetamina (MDMA), es una droga psicoactiva de la clase de las anfetaminas. Su acción principal se basa en la liberación masiva de neurotransmisores como serotonina, dopamina y noradrenalina en el cerebro. Este aumento de serotonina es particularmente relevante, ya que produce efectos de euforia, empatía, sensación de bienestar y conexión emocional.

Mecanismo de Acción

Liberación de serotonina: El MDMA induce la liberación de grandes cantidades de serotonina en las sinapsis neuronales, y bloquea su recaptación, lo que eleva los niveles de serotonina en el cerebro y produce efectos como euforia, empatía, aumento de la energía y alteración en la percepción sensorial.

Liberación de dopamina y noradrenalina: También se incrementa la liberación de dopamina, lo que contribuye a los efectos estimulantes, y de noradrenalina, que incrementa la presión arterial y la frecuencia cardíaca.

Riesgos para la Salud

Riesgos inmediatos:

Deshidratación y sobrecalentamiento: Aumento de la temperatura corporal, deshidratación y golpe de calor.

Aumento de presión arterial y frecuencia cardíaca: Riesgo cardiovascular, especialmente en personas con problemas cardíacos.

Sobredosis: Peligro de convulsiones, insuficiencia renal, fallo respiratorio y muerte.

Trastornos psicológicos: Ansiedad, agitación, confusión y psicosis.

Interacciones con otras sustancias: Aumenta el riesgo de depresión respiratoria y sobredosis.

Riesgos a largo plazo:

Neurotoxicidad: Daño permanente a las neuronas productoras de serotonina, afectando la memoria y el estado de ánimo.

Dependencia psicológica: Búsqueda compulsiva de los efectos eufóricos.

Problemas de salud mental: Ansiedad, depresión y psicosis.

Efectos hormonales: Alteraciones en las hormonas sexuales.

Consumo

Oral:

Tabletas o cápsulas: La forma más común de consumir MDMA es en tabletas o cápsulas. Los usuarios generalmente tragan la pastilla, que puede contener MDMA puro o mezclado con otras sustancias.

El efecto suele empezar entre 30 y 60 minutos después de la ingestión, y puede durar entre 3 y 6 horas, dependiendo de la dosis y la tolerancia del usuario.

Polvo:

En ocasiones, el MDMA en polvo se inhala (aspirado por la nariz). Esto produce efectos más rápidos, generalmente en unos pocos minutos, pero puede ser menos común debido al mal sabor y los posibles daños en las vías nasales.

Líquido:

El MDMA también puede ser encontrado en forma líquida, aunque es una forma menos común. Los usuarios lo beberían directamente o lo añaden a bebidas. El inicio de los efectos es similar al de la forma en pastillas.

Importante!

El consumo de drogas de abuso, como la cocaína, la heroína, el alcohol en exceso, las metanfetaminas, entre otras, puede tener efectos devastadores en tu salud física y mental. Estas sustancias alteran el funcionamiento normal del cerebro y el cuerpo, provocando daños irreparables a largo plazo. El uso continuo puede llevar a la adicción, trastornos psicológicos, problemas cardiovasculares, daño hepático, entre otros riesgos graves. Además, aumenta el riesgo de accidentes, comportamientos peligrosos y consecuencias legales.

Recuerda que la mejor forma de protegerte es evitar el uso de drogas y buscar apoyo si ya enfrentas problemas relacionados con ellas. Tu salud y bienestar son lo más importante. Si necesitas ayuda, no dudes en acudir a profesionales y servicios de apoyo.

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